No sé qué temperatura hará en la ciudad desde la que estáis leyendo este post. Pero os aseguro que en la mía el termómetro roza los 40º. Y, claro, estas temperaturas desproporcionadas causan varios cambios en nuestra rutina como la necesidad de ducharnos más a menudo, la falta de energía o la pérdida de apetito. ¿Verdad que en verano parece que se nos cierra el estómago? Es de lo más normal. ¿Por qué ocurre esto? Pues porque al subir la temperatura ambiental y al no necesitar tanta energía para producir calor… nuestro cuerpo nos pide menos comida. En invierno gastamos más energía para mantener nuestra temperatura corporal y nuestro cuerpo necesita consumir más calorías para conseguirlo. En verano ocurre lo contrario.

Por eso, cuando llegan estos calores, nuestro apetito cambia y nuestro estómago nos pide platos diferentes a los del invierno. Hay que evitar las comidas copiosas y las cocciones fuertes como los platos de horno porque se calienta a alta temperatura y transmite mucho calor a los alimentos. Los canelones o las lasañas… son más para el invierno.

¿Y cuáles son los platos que más nos apetecen en verano? Seguro que vosotros tenéis vuestros preferidos. Pero por aquí estamos de acuerdo en algunos platos que a todos nos encantan para estas fechas de arena, mar y piscina. ¿Vemos si coincidimos con los tuyos?

1. El gazpacho.

Sin duda, el rey del verano. ¿A quién no le apetece comenzar la comida con un plato o vaso fresquito de gazpacho tradicional? Esta sopa fría por excelencia contiene antioxidantes procedentes del tomate y todas las vitaminas C y A de los vegetales de su receta. Tomates, cebolla, pimiento, pepino… ¡Imposible resistirse!

2. Pescaíto frito con Yolanda.

Estar cerca del mar hace rugir a mi estómago. ¿Y qué me pide? Pescaíto frito. Un pescado bien fresco, rebozado y frito me parece irresistible. Además, a mi gusto personal… con un chorrito de limón y a la boca. Entre mis preferidos están los boquerones. No sé qué tendrán que se apoderan de mí. Lo que tengo claro es que el truco está en el rebozado. Y con Yolanda sale ¡riquísimo!

3. Ensalada de pasta.

Todo un clásico de la cocina en verano. Las hélices nunca fallan. Con un poquito de atún, jamón y queso en daditos, maíz, pimiento… Su aspecto colorido refresca sólo con verla. Podéis encontrar gran variedad de recetas. Si queréis variar podéis probar a hacerla con aceitunas negras y salmón o con pollo y mango. Sea cual sea vuestra receta, si optáis por ponerle lechuga, estaréis aportando una cantidad extra de agua para hidratarnos. Eso ya es cuestión de gustos.

4. Melón con jamón.

¿Cómo algo tan sencillo de preparar nos entusiasma tanto? Pues porque la mezcla de sabores dulces y salados y lo refrescante del melón lo convierten en la combinación perfecta para los días de sudores veraniegos. Esta especialidad típicamente española llegó a Francia y lo llamaban “Melón a la española”. En nuestro país tenemos que remontarnos al sigo XVII para encontrar sus orígenes. Se dice que, por entonces, el melón se tomaba con sal y, al ponerle jamón, se le daba ese toque salado además de acompañarlo con el sabor exquisito del jamón. ¡Un brindis por quien tuvo la idea!

5. Postres veraniegos.

Para el final he preferido no poner un plato en particular sino hablar de los postres. Porque, además de los helados, en verano es ideal terminar una buena comida refrescante con un postre frío. Por ejemplo, una tarta de yogur con granada como la de la receta de Eva Arguiñano que puedes ver en hogarutil.com o su mousse de frutas del bosque. Un broche de oro para bajar las temperaturas.

Y es que en verano tenemos más tiempo libre para poder dedicarnos a los que nos gusta. Y como por aquí amamos la cocina nos encanta dedicar más tiempo a preparar nuevas recetas, perfeccionar nuestros rebozados o cocinar postres para nuestros amigos, familia y… por supuesto… ¡para nosotros mismos!