Vale que el sacacorchos no sea algo que utilicemos para cocinar. ¿O sí? Porque un poquito de vino viene genial para cocinar algunas recetas. De un modo u otro, todos tenemos un sacacorchos en nuestra cocina. ¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene el sacacorchos? Además, los sacacorchos han dado lugar a un gran número de diseños. Es uno de los utensilios de cocina con más variedad de diseños originales que podemos encontrar.

Los primeros sacacorchos aparecieron en el siglo XVII
Durante el siglo XVII aparecieron las botellas cilíndricas. Eran fantásticas para poder almacenarlas de forma horizontal y ganar espacio. ¿Y cómo se tapaban? Con un corcho. Pero, claro, había que inventar algo para poder sacar el corcho de forma rápida y cómoda. Los primeros modelos eran un poco trastos, pero ya en el siglo XVIII se perfeccionaron dando lugar a un sacacorchos parecido a lo que tenemos ahora.

Por entonces ya se hablaba de “un tornillo de acero utilizado para extraer tapones de las botellas”. Los primeros sacacorchos eran parecidos a una barrena. Aún faltaba un poco de tiempo para llegar al sacacorchos que todos conocemos. En 1795 se patentó un sacacorchos por primera vez. El clavo tenía forma de tornillo. Poco después, se añadió una palanca al tornillo teniendo la forma bastante parecida al sacacorchos que todos conocemos.

Y hasta el día de hoy, hay un buen número de diseños de sacacorchos. Nos ha parecido interesante mostraros algunos de los más curiosos. Para gustos… ¡sacacorchos!

Sacacorchos para vestir tu cocina. Aunque algunos son muy raros…

Y si no tienes sacacorchos a mano, siempre puedes usar un zapato… ¡Cómo abrir una botella de vino sin sacacorchos! (está en francés pero se entiende perfectamente el procedimiento)